hay muchas formas de vida, casí se podría decir que existe todo el catalogo de vidas posibles y caben en una pesada y pringosa noche insomne. y después están robert Crumb y su familia. ver a su hermano max tragando un cordel de 10 metros untado en aceite de ricino mientras descansa sobre una tabla de clavos y le confiesa a Robert y a la cámara (y a mi mente cansada y mucosa y porosa a las 2 de la madrugada de una noche asfixiante) que le obesionan las mujeres, pero que todavía no ha violado a ninguna ("se precisan más de 3 años como acechador para que venga a uno el valor suficiente para ser un violador"), su mano derecha se dilata y palpita, tiembla con ardor mientras recuerda aquellas nalgas judías que liberó de su cautiverio vaquero en un drugstore de san francisco ("ella buscaba un champú para su pelo negrísimo") con un rápido giro de muñeca... la familia como estercolero, las ratas brindando bajo una cortina de oceáno. voy a tener una sobrinita.
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