"UNA SONRISA QUE DOMINA PAISAJES ANIQUILADOS" MAESE CIORAN

martes, febrero 27, 2007

tiempos profundos



"¿Cómo medir la profundidad del tiempo?" La línea que sigue contiene una respuesta y siempre llueve cuando te estás acercando, como en los entierros si excavas los años necesarios y el olvido lleva los fondillos lastrados. hay un rostro aplastado contra el cristal de la puerta que parece pender de una pequeña mata de pelo atada con goma elástica, golpeo con los nudillos sobre un borrón de mejillas y sonrío en santo y seña ladeando la cabeza como hace el carpintero con el nivel lleno de burbujas. la niña se retira con gesto profesional y su padre, también con coleta, abre y la acompaña con una caricia de brisa y leche hasta su mesa. dentro ya no llueve. pido un cortado al jefe y me siento en la barra sin sacarme el abrigo. extiendo el libro sobre las manchas de otros cafés más sabios por antiguos y busco la respuesta mientras suena esa sonata de gramófono de Mozart y los monos en África y una señora de voz cascada pide que le den al botón de la máquina del tabaco, me cago en Zapatero. ¿por dónde iba?. me pierdo entrelíneas; el blanco ahoga las virutas negras, los significados flotan, los primates rayan el disco, la niña juega detrás de unas sillas al misionero y los caníbales, todos los papeles ejecutados por un único actor que brama y gira, parece un tótem de dibujos animados con sus muecas de demonio de tasmania y esos bracitos alados. el jefe sube un peldaño más la música, mis ojos persiguen la frase apoyándose en la yema de un dedo, " ¿cómo medir la profundidad del tiempo?"; ¿por qué el mono se acerca a la melodía, incluso parece tararearla, y luego le pega una patada?, ¿cuanta sal has de añadir al olvido para que salga a flote un recuerdo? ¿por qué me besas en el codo, niña?. "quiero jugar". le tiro de la coleta y ella llora, llora y grita como un gato con la cola ardiendo en un akelarre bajo tierra, los padres me miran enfurecidos, el jefe eleva los violines hasta los tobillos de Cristo pero yo sé porque se ha asustado la niña y pongo las monedas justas sobre la barra y camino hacia los ventanales empañados, puede que ahí afuera siga lloviendo aunque ya no importa. esta mirada enloquecida nunca falla.

viernes, febrero 23, 2007

subasta de antigüedades


Cierro la puerta tras de mi y la película ya ha comenzado a untar las cabezas y sus últimos pensamientos con cirros desleídos y polvo de oro, todo amenaza tormenta, y yo he heredado el batín de acomodador de algún perchero prendido de horizontes antiguos. amaso los recuerdos en forma de cubiletes que luego ajusto en las butacas como hielitos turbios, lucho contra volúmenes; el número Pi es mi enemigo, cincela esquirlas del pasado que se derriten y fluyen en aluvión de morrenas por la pendiente del pasillo central y siento su pálpito y su súplica tirando de los bajos de mi pantalón como niños que piden globos de colores a sus padres cuando las llaves giran la cerradura y dentro esperan la soledad y el silencio secándose en el paragüero. Nunca sabré quién encendió todas estas luces y golpeó su maza contra la madera maciza entregando lo vivido a un rasposo vacío bajo la alfombra.

jueves, febrero 15, 2007

impresionistas


de nuevo, la ballena blanca. cuando deletreas cada patadita del segundero y te descubres avanzando a gatas a través del agujero de tu calcetín con una lámpara de ginecólogo en la cabeza, entonces sabes que hay que viajar a Donosti. Pensamientosde Tempura. Fracciones de vida alejándose retrovisor abajo. El lienzo es enorme, hoy no me siento cariñoso. Brochazos de nube tiritando como heridas sobre la tierra chá. Dentro de los camiones hay animales que van al matadero, y no lo saben, les saludo inclinando la visera. Carreteras de renglones torcidos ; Torreira habla de paraguas que huyen de la lluvia y encuentran refugio bajo cortinasde ducha; parábolas agazapadas tras un matorral ardiente, acechándote cada vez que buscas el agujero del calcetín. Llegar no tiene sentido porque nunca hemos salido de San Sebastián. Otra patadita: estamos bajo la mámpara del BeBop, una ola rompe contra los muros que nos protegendel horizonte, nos guiña todos sus ojos nacarados durante un instante permanente: Sostiene Torreira que hay mujeres tan frágiles que tan solo las puede habitar un corazón muerto, porque un único latido podría quebrarlas para siempre. Caminamos por las calles vacías delicadamente, pasos de nana, como impresionistas trazando una pincelada de cielo que deseas que no termine nunca.