"UNA SONRISA QUE DOMINA PAISAJES ANIQUILADOS" MAESE CIORAN

martes, julio 24, 2007

El pasado a bocajarro


deseo gritarte a bocajarro para que gires tu cabeza como un faro y me ilumines pero sé que quieres creerme muerto a la orilla de una playa desierta componiendo un cadáver de momentos magullados. eso te hace sentir feliz. me ofreces tu nuca y tu silencio que se aleja. creo ver en tus manos el vaivén de una hoja de calendario deslizándose hacia la pila de asuntos pendientes, luego me atravesarás con tu punzón oxidado para reunirme con todo lo demás que alguna vez fue nuestro y ahora es saliva bajo el labio y arena dentro del zapato. soy un punto ciego que todavía te invita a parpadear, una mota del pasado que arrastrará una lágrima, y eso me hace sentir feliz.

miércoles, julio 11, 2007

Ese pequeño Gibraltar



Los ingleses consideran inadecuado beber antes del mediodía. Ese pequeño Gibraltar que todos llevamos dentro coloca corchos y cerraduras en alacenas y botellas mientras espera a que suenen las campanas y el sol me guiñe un ojo. Hoy no necesito una excusa para levantar una copa y brindar, aunque dispongo de muchas, entre ellas este disco de Martial Solal y una fotografia de Belmondo con gafas de sol paseando por París, o este gato ronroneando sobre mis rodillas en clave de re, o las cortinas jugando con la brisa con la tristeza de una cometa domésticada ... hoy bebo porque me siento como una aceituna a la que han extirpado el hueso y espera sobre una camilla a que le introduzcan una anchoa torpemente enrollada por una antigua herida.

domingo, julio 01, 2007

Resaca de Domingo



Mientras paseo entre sudores añejos por esta resaca de domingo veo como un mendigo ojea las fotografías plastificadas de su cartera, bellamente descoloridas, descomponiéndose en sus diversas gradaciones de ternura; siento sus nostalgias en sepia,los besos de calcamonia, las siluetas que se hunden bajo el peso de la caricia de la yema de un dedo, ese gesto que se repite como una liturgia, como un exorcismo, recortándole la horma a la tristeza para que encaje como un tapón en la boca de la botella. Tuve que sentarme enseguida, abatido por la gravedad del momento y escribir con la emergencia de una servilleta de bar que se empapa sobre el café derramado.