mis últimas palabras habitan los fondos de un bolsillo ajeno, bailando como guijarros enloquecidos a lomos de una ruleta de pedernal y viento, furiosas y asustadas; son el rastro de miguitas de pan que nadie recogerá, los matorrales secos rodando más allá del Cinemascope, la calderilla arrojada con los ojos cerrados hacia el vacío y los latidos del segundero que retienen su eco hasta ahogarse en un silencio de flores marchitas ...son esas tiernas pelusillas que se abrazan y se aman en lo más profundo de mi ombligo mientras esperan al prurito y el dedo que las hurgue.
Meme gustaría poder envolverme en palabras y navegar por la vida como un Acorazado Potemkin
4 comentarios:
Otra, otra.
Xa te botaba de menos moito irmán
O poder máxico das palabras: vostede ten algo deso.
Vaya, a ver si resulta que sus ultimas palabras y yo somos vecinas...Hará cosa de siete lunas que vivo en un amplio lateral con vistas a la Cresta de Illium y tobogán gratis. De compartir señas, cuente con este nanorobot para regarlas, espiarlas y/o invitarlas a té, como su mentor ordene.
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